Una de las actuaciones de la administración que pueden generar más indignación en el ciudadano es el uso y abuso de los modelos-tipo. Unos formatos ya predefinidos que se envían al ciudadano de forma totalmente impersonal, sin importar de qué procedimiento se trate y, en muchas ocasiones, sin haber leído siquiera la petición del ciudadano.
Ejemplos de este tipo de «comunicación» los encontramos por ejemplo en San Roque, cuando responden con un informe jurídico predefinido a escritos que ni siquiera iban dirigidos a esta administración. Evidentemente, bastaría con haber leído la petición y, sobre todo, su destinatario, para evitar el gasto inútil de tinta, papel y correo. Pero bueno, igualmente lo paga el ciudadano.
En esta ocasión como ejemplo pondremos el modelo recibido de la Jefatura Provincial de Tráfico de Cádiz, donde la Jefa de la Unidad de Sanciones, cuyas falta de atención a lo que firma ya se comprobó en expedientes como «yo también aparco en Mercadona», que en esta ocasión nos deléita requiriéndonos un número de expediente sancionador que no tenemos.
Tal vez, sólo tal vez, si leyera nuestras peticiones, comprobaría que ninguna iba destinada a la Unidad de Sanciones, y además ninguna se refiere a un expediente sancionador concreto.
Examinados los escritos dirigidos a la Jefatura Provincial de Tráfico de Cádiz, pensamos que se refiere al pase a queja de una petición realizada el año pasado, pero tampoco podemos estar seguros, ya que no indica en ninguna parte a qué escrito se refiere, de qué fecha habla, ni qué asunto se trataba, y desde esta Asociación se han remitido varios.
Ante este requerimiento que nos concede diez días en respuesta a un escrito sin identificar, no podemos menos que ser igual de corteses con la administración, y utilizar otro «modelo-tipo», por si así se molestaran en leerlo y comprendieran la situación.
En cualquier caso no nos preocupa que archiven el procedimiento desconocido al que aluden en su oficio, ya que los iniciados se encuentran en fase de queja y ya salieron del ámbito exclusivo de esa administración, pero igual se consigue que atiendan un poquito más a los procedimientos, a su contenido, y sobre todo comprendan que no somos adivinos para saber a qué se refieren si no aportan dato alguno a sus comunicaciones. De hecho, nuestro escrito adolece de los mismos defectos que el oficio de la Jefatura Provincial de Tráfico: indicamos nuestras referencias pero no las suyas. De modo que alguien aprecie la importancia de incluir datos que identifiquen el procedimiento en sus comunicaciones.
¿Por qué no usar un formato de escrito de los habituales y que acabe como tantos en sus papeleras? Pues como suele decirse, si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.