Días atrás recibimos la noticia de que la madre de un AMPA en Torrelodones (la presidenta en realidad) utilizó el 74% de la ayuda pública de los últimos años para contratar excursiones en su empresa. En total 90.700 euros en seis años.
Lógicamente, esta información que fue publicada por El Confidencial tuvo consecuencias. La primera que, debido a las grandes diferencias de precio al parecer entre la empresa de la presidenta y otras agencias de viajes, familias del centro afectado (colegio concertado Peñalar) crearon otra AMPA para desarrollar sus actividades.
El Ayuntamiento de Torrelodones, que otorgó las subvenciones públicas a este colegio, indicó a través de su grupo político en redes sociales que «la ética en el uso de los fondos públicos es exigible a los responsables políticos», aunque lógicamente no aceptan responsabilidad alguna, dicen que «cambiarán sus normas», desconociendo tal vez que si al colegio Peñalar le hubieran aplicado las mismas normas que a los demás esto no habría pasado, y por último, como medida de choque, anuncian que «paralizan las subvenciones 2.018» de modo que pagan justos por pecadores, anunciando que exigirán «condiciones más estrictas». Realmente bastaría con que las condiciones para el AMPA del colegio Peñalar fueran las mismas que las de los demás.
Pasar de puntillas sobre el origen del problema no es nuevo en los partidos políticos, por lo que nunca van a reconocer que el problema ético sería tan espectacular si las condiciones a ese centro no fueran tan concretas: las condiciones exigidas por el Ayuntamiento al AMPA de Peñalar obligaba a destinar entre el 60% y el 80% del importe de la subvención a viajes, mientras a otros similares sólo podían llegar a un 10%. Dejamos la comparativa de Peñalar con El Encinar donde puede apreciarse la diferencia en el reparto exigido por el Ayuntamiento.
¿Desconocía el equipo de gobierno la realidad de los centros?, ¿por qué esa gran diferencia de criterio entre Peñalar con el resto?, ¿alguien les sugirió que querían dedicar el 80% de las subvenciones a excursiones? Los Ayuntamientos tienen representantes escolares, conocen a muchas familias de los centros, e incluso comentan -sin confirmar- que los hijos de la Alcaldesa asisten al centro Peñalar objeto de la polémica. ¿Por qué este gobierno local no aclara qué les hizo derivar, exigir, señalar expresamente, que ese enorme porcentaje de subvención se dedicara a excursiones?
Torrelodones es de los municipios en los que todos los cargos públicos cobran y tienen personal de confianza asignado, incluso los que no gobiernan por minoritarios que sean. Sin embargo, estas dudas que cualquier ciudadano puede tener no parecen ser suficientes como para que las planteen al gobierno local. De este modo Torrelodones es, una vez más, ejemplo, en este caso de cómo facilitar la falta de ética en el uso de fondos públicos siendo todos los cargos políticos impunes a cualquier responsabilidad, avalada además en la mayoría de casos por la silenciosa oposición.