Sobre dóbermans y correveydiles varios.

Hay una técnica que los políticos profesionales, los que viven de eso, que nos suben los impuestos para garantizarse unos ingresos que son incapaces de conseguir con cualquier trabajo, vienen utilizando desde tiempo inmemorial, y en estos días me lo han recordado ciertas actitudes.Doberman

Los primeros son aquellos que en otro tiempo llamábamos los “dóbermans”, gente del entorno del político, compañeros de partido y militantes sobre todo, que se lanzan contra cualquiera que cuestione el buen hacer y responsabilidad del político de turno. Su herramienta de trabajo son los “ladridos”, no buscan argumentar ni discutir nada, y mentirán siempre que les sea posible, de modo que se genere el mayor ruido posible tratando de que su objetivo conteste y cometa errores. Mientras tanto por supuesto al político profesional hay que mantenerlo al margen, esos políticos están a otro nivel por encima del mundanal ruido de la ciudadanía… no van a mancharse las manos.Correveydile

Los segundos, son reclutados y suelen salir al ruedo cuando los primeros fallan o para mantener el acoso a la ciudadanía más prolongado en el tiempo, son los “correveydile”, y los hay auténticos profesionales dignos del Sálvame. Este tipo de apoyos para el político profesional cumplen una función distinta, no se dedican a hacer ruido sobre el tema del que se trate, todo lo contrario. Estos se dedican a correr la voz de cualquier otro tema que implique a su víctima, al “y tú más”, al “pues tu primo dijo esto”, implicando a familiares, amigos y cualquier antecedente que puedan localizar de quien pone nervioso al político, tratando, como no, de silenciarlo con un pobre estilo de mafiosos venido a menos.

Los “correveydiles” por supuesto también sirven de “cobertura” al líder político que no debe nunca rebajarse a su nivel. De ese modo se distingue entre los seres superiores, políticos que no entran al trapo de las “provocaciones”, más que nada porque aunque pisoteen los derechos de los ciudadanos sus nóminas les seguirán entrando igual a final de mes, y así evitan dejar en evidencia cómo se puede cobrar como si tuvieran un doctorado cuando no saben hacer la O con un canuto… pero ya es de conocimiento público que para ganar un sueldecito como político no se piden conocimientos ni valía, con haber hecho la pelota lo suficiente a los de arriba ya sirve.

Por eso desde estas líneas nuestro apoyo a cuantos se enfrentan día tras día a este tipo de elementos, algunos tras su «antifaz», como Arisel Lesira, al que los correveydiles han cuestionado más de una vez, buscando cómo presionar a través de familiares sin conseguirlo,  y otros muy de frente, tanto que a veces sólo su cámara la separa de las fauces de los dóbermans, como Macarena Amores.

Estad seguros de que siempre tendréis nuestro apoyo en la tarea que lleváis años desarrollando y seguiréis muchos más, digan lo que digan, hagan lo que hagan, siempre adelante. Como dice Arisel, el que se cansa, pierde, así que cuando necesitéis pilas nuevas, aquí tenemos reservas 😉